sábado, 22 de diciembre de 2007

*QUE BIEN?

martes, 18 de diciembre de 2007

*FELICES FIESTAS






FELICES FIESTAS NAVIDEÑAS Y DE NUEVO AÑO
Este año estoy FELIZ, esto antes no me sucedía, hace aproximadamente seis años estas fiestas me deprimían hasta la locura, entraba en una FACE crítica en la que lloraba sin parar, tomaba hasta embrutecerme tratando de quitarme ese vacío tan grande que sentía en mi vida, me sentía sola y mi familia no llenaba ese hueco, me iba a fiestas, a la iglesia y los miraba muy alegres a todos y trataba de adaptarme a ellos integrándome a sus actividades pero no lo lograba, odiaba verlos reír, me conformaba pensando que eran unos hipócritas que solo fingían felicidad, que esta en realidad solo era un palabra que algún bromista había inventado, hacía un sin fin de cosas para desterrar esta sensación tan terrible como comprar cosas para regalar, a mis hijos los surtía de juguetes y ropa, a mis hermanos, sobrinos y madre les hacía regalos y también a mis amigos y hasta a mis conocidos, pero esto no me liberaba, al contrario solo me servía para conmiserarme de mi pensando que a mi no me regalaban nada, y yo que me sacrificaba trabajando como loca para regalarles, y gastando hasta lo que no era mío, también hacía cenas e invitaba a cuantos podía y terminaban en tremendas borracheras en las que acababa con los últimos pesos que me quedaban.
Hoy estoy FELIZ, no tengo depresiones, no me mortifico si no puedo regalar bienes materiales, regalo estas experiencias por si le sirven a alguna persona que se encuentre en la situación en que yo me encontraba, regalo sonrisas, un oído para escuchar, hasta pongo tarjetas de navidad en el blog por si alguien las mira.
Esta estabilidad la alcance en EL AMOR de DIOS, por conducto de ALCOHOLICOS ANONIMOS que me devolvió la alegría de vivir, me devolvió LA VIDA MISMA.
Estoy en paz conmigo misma y deseo que todo el mundo alcance la felicidad, me encanta mirar a la gente reír, y deseo que todos se la pasen en paz, armonía y amor esta NAVIDAD, AÑO NUEVO y por SIEMPRE.

*SOLO DAR







Cuando llegué a A.A. no entendía muchas cosas, desde que llego recibo amor y enseñanzas, las puse en practica y vino la paz, armonía y confianza en mi vida y como consecuencia llegó la felicidad a mi familia.
Me fu acostumbrando tanto a esta forma de vida, que la sentía parte de mi, como si nunca hubiera actuado y sentido de diferente manera.
Los compañeros me dijeron que me pusiera abusada porque era otro inicio, que debía tomar otras responsabilidades ya que podría volver el ego a golpearme de nuevo y la negatividad podría entrar de nuevo a mi vida, y así fue, pero con la ayuda de todos y la mía propia y el apadrinamiento, empecé otra etapa en A.A.
Comencé a dar lo que tan generosamente se me había dado, desde brindar una tasa de café, y por supuesto pasar el mensaje que es el objetivo principal de A.A. y la gran paradoja de que solo ayudando a otro podremos conservar la sobriedad ganada.
Y así lo hice, sin importar mi cansancio físico, desvelo, u gasto, he estado junto a ese pobre hombre o mujer que no puede dejar de beber solo.
DAR SOLO POR DAR, es para mí poner lo mejor de mi misma, para que un alcohólico alcance su estado de sobriedad, sin esperar recibir pago a cambio, sino algo más grande que es mantenerme sobria.
Abrir mi corazón al que está llegando, ya que tengo el DON que tenemos todos los alcohólicos el poderle decir con vehemencia a un alcohólico que está muriendo, quédate con nosotros, si yo la hice tu también puedes hacerla.
DAR, DAR, Y SOLO DAR a ese alcohólico que esta sufriendo, es entregarme sin egoísmo, entregarme totalmente por agradecimiento por lo que A.A. me ha dado tan desinteresadamente.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

**FRASES


FRASES
No llores por lo que perdiste, lucha por lo que te queda
La mentira se vuelve verdad sólo si el hombre la cree
El que no vive para servir no sirve para vivir
No es más el que más tiene, sino el que más sirve
No equivoques el camino hermano mío con un puritanismo que no es santidad sino prejuicio que el más leve razonamiento desmenuza
Los ricos y los poderosos tienen la copa de la felicidad en la mano y no aciertan a beberla
Si la juventud supiera y la vejez pudiera, todo sería perfecto
La demasiada seriedad carcome la conciencia
Un poco de lujo vigoriza el alma
Sólo pierde quien deja de intentar
No es más rico el que más tiene sino, el que menos necesita
Donde el AMOR reina todas las leyes sobran
AMAR por AMAR es agua que no conocen los hombres, AMAR por AMAR es agua que sólo beben los Dioses
La Justicia es más importante que la Victoria
En la Humildad está la verdadera fuerza
A los mezquinos del alma, les duele la virtud ajena
El que quiere todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos
Hay dos cosas rarísimas bajo el cielo: Odiar a alguien y reconocer sus virtudes y Amar a alguien y reconocer sus defectos
Es bueno ser importante pero es más importante ser bueno
El real sencillo aunque se junte con doblones de oro
Para una persona sin bondad en el corazón, vivir es peor castigo que morir
La mejor forma de evitar un golpe es no estar ahí
Como pensamos actuamos y después de un tiempo nos convertimos en lo que hacemos
En la vida nunca terminas de empezar
El tacto es la habilidad de permanecer callado, antes de que alguien quiera que lo estés
Todos podemos vivir en paz con nuestros defectos y faltas pero las de otros nos resultan insoportables
Estar feliz con lo que tenemos, es la mayor de las riquezas
Nada cuesta más trabajo que vivir sin trabajar
Autentico amigo es el que sabe todo de ti, y sigue siendo tu amigo
Cuando estás hundido, lo único que puedes hacer es subir
Si lloras por la puesta del sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas
Si piensas que puedes hacerlo tienes razón, si piensas que no puedes hacerlo, también la tienes
No se debe juzgar a un hombre por sus cualidades, sino por el uso que hace de ellas
Sólo se es libre, cuando no se tiene nada que perder
No basta con conocerse a uno mismo, sino también corregirse
La ostentación exterior es un pobre sustituto de la valía interior
No basta con querer, se debe también hacer
Negar el pasado, es confundir el futuro
Si alguien me llama un tal por cual: Si lo soy para que me enojo, si no lo soy no vale la pena convertirme en uno al enojarme.

**HOY

DIOS MIO
Gracias por prestarme hoy la vida, creo que nunca voy a lograr hacer todo lo que de mi tu requieres, pero gracias por dejarme ver este nuevo amanecer.

Quisiera hacer que te sientas orgulloso de mi, no se si lo lograré pero lo voy a intentar.

Me concentraré en el día de hoy, me olvidaré del ayer ya que este se ha ido con todas sus tribulaciones, solo lo recordaré cuando sea necesario enseñárselo a alguien que le puedan ser útil mis experiencias, así como para rectificar daños que causé ayer.

Voy a vivir este día tratando de reparar HOY el daño que sin proponérmelo haga.

Tampoco me preocuparé por el futuro, este está ausente, y por mucho que hoy haga no puedo fincar mi felicidad en mañana, hoy puedo hacer, servir, amar, aprender, escuchar, hoy voy a ser feliz. El mañana está ausente.

Solo cuento con este día, con este momento, es todo lo que tengo y el tiempo no puede acaudalarse como los bienes materiales, por lo que VIVIRE este momento, sin preocuparme por el pasado ni por el futuro.

Haré lo que me gusta, haré feliz a alguien, me ocupare dando mi máximo esfuerzo solo por HOY, hoy voy a ver el lado positivo de todas las personas, hoy no malinterpretaré el no saludo de alguien, hoy no sufriré, hoy SOY FELIZ.

Hoy no temeré, porque se que Tu DIOS estás conmigo, y me tienes todo lo que necesito para vivir este día.

Este día no seré esclavo del tiempo, no viviré pendiente del reloj, este día no buscaré la felicidad, sino que la sentiré porque ya la conozco y para mi consiste en dar de lo que tengo.

Esté día les regalaré a todas las personas que me tope: perdón, tolerancia, comprensión, un oído, respeto, sonrisas, buen ejemplo, todo sazonado con amor.

Trataré el día de HOY de evitar los sentimientos negativos y sólo actuar con los positivos.

No daré este día grandes y costosos regalos ni intentaré alcanzar grandes y maravillosas metas con las que pueda brillar en el mundo, haré pequeños dadivas con los que pueda servir a algún hijo tuyo y servirte a TI, y así estar preparada para cuando me quieras probar TU SEÑOR con algo más grande.

HOY no rechazaré alguna tarea que me quieras encomendar y lo llevaré a cabo con una sonrisa y sin dolor aunque me cueste trabajo y sacrificio.

HOY voy a corregir mis malas actitudes que aún surgen en mí ser para conservar intacto el honor de los demás y el mío también.

HOY voy a dar mi máximo esfuerzo y cuando me quiera conmiserar de mi mismo, cuando vea que alguien me trate mal, recordaré que solo cuento con HOY para vivirlo al máximo, que no estoy aquí para juzgar el comportamiento de los demás, ni sentirme mal por ello.
Recordaré a cada instante que este momento para mi VALE, porque es todo lo que tengo.
EL PASADO HA HUIDO EL FUTURO ESTA AUSENTE, PERO EL PRESENTE ES MIO.

domingo, 9 de diciembre de 2007

**Capitulo V del Libro Gande de A.A.

COMO FUNCIONA EL PROGRAMA DE A.A.

CAPITULO V

Rara vez hemos visto fracasar a una persona que haya seguido concienzudamente nuestro camino, los únicos que no se recuperan son los individuos que no pueden o no quieren entregarse de lleno a este sencillo programa, generalmente son hombres y mujeres incapaces por su propia naturaleza de ser honrados consigo mismos hay seres desventurados como estos no son culpables, por lo que parece han nacido así, por su naturaleza son incapaces de entender y realizar un modo de vida que exige la más rigurosa honradez para estos las probabilidades de éxito son pocas, existen también los que sufren graves trastornos emocionales y mentales, aunque muchos de ellos logran recuperarse si tienen capacidad suficiente para ser honrados.
Nuestras historias expresan de un modo general como éramos lo que nos aconteció y como somos ahora, si tu has decidido que quieres lo que nosotros tenemos y estás dispuesto a hacer todo lo que sea necesario para conseguirlo, estas en condiciones de dar ciertos pasos.
Nosotros nos resistíamos a algunos de ellos creíamos que podríamos encontrar un camino más fácil y cómodo pero no pudimos, es por ello que con todo el ahínco que pueda animarnos te suplicamos que seas valiente y concienzudo desde el mismísimo comienzo, algunos de nosotros tratamos de aferrarnos a nuestras viejas ideas y el resultado fue nulo hasta que nos deshicimos de ellas sin reservas.
Recuerda que tratamos con el alcohol, astuto, desconcertante y poderoso, sin ayuda resulta demasiado para nosotros, pero hay uno que tiene todo el poder DIOS ¡ojalá lo encuentres!
Las medidas parciales no nos sirvieron de nada, estábamos en el punto de cambio, entregándonos totalmente le pedimos a DIOS su protección y cuidado, he aquí los pasos que dimos y que se sugieren como programa de recuperación.
1.- Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
2.- Llegamos al convencimiento de que un Poder Superior podía devolvernos el sano juicio.
3.- Decidimos poner nuestra vida y nuestra voluntad al cuidado de DIOS tal como cada cual lo conciba.
4.- Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos.
5.- Admitimos ante DIOS, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestros defectos.
6.- Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que DIOS eliminase todos estos defectos de carácter.
7.- Humildemente le pedimos que eliminase nuestros defectos.
8.-Hicimos una lista de todas aquellas personas a quines habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar nuestras el daño que les causamos.
9.- Reparamos directamente a cuentos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros.
10.- Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente.
11.- Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto conciente con DIOS como nosotros lo concebimos pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.
12.- habiendo obtenido un Despertar Espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a otros alcohólicos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.
Muchos de nosotros exclamamos, ¡valla tares! yo no puedo llevarla a cabo, no te desanimes, ninguno de nosotros a podido mantenerse apegado a estos principios en forma ni siquiera aproximada a la perfección, no somos santos, lo importante es que estamos dispuestos a desarrollarnos de una manera espiritual, los principios que hemos establecido son guías para nuestro curso, lo que pretendemos es el progreso espiritual y no la perfección espiritual. Nuestra descripción del alcohólico, el capitulo sobre los agnósticos y nuestras aventuras personales antes y después, ponen en claro tres ideas pertinentes.
a).- Que éramos alcohólicos y que no podíamos gobernar nuestras propias vidas.
b).- Que probablemente ningún poder humano hubiera podido gobernar nuestro alcoholismo.
c).- Que DIOS podía remediarlo y lo remediaría si le buscábamos.
Llegados a este convencimiento estábamos en el tercer paso, lo cual quiere decir que pusimos nuestra vida y nuestra voluntad al cuidado de DIOS tal como cada cual lo concibe, exactamente ¿que es lo que queremos decir con esto y que es justamente lo que Haremos?

El primer requisito es el convencimiento de que una vida conducida de acuerdo con la propia voluntad e independencia raramente puede tener éxito. Sobre esta base casi siempre nos encontramos en conflicto con alguien o algo, aunque nuestros motivos sean buenos. La mayor parte de los hombres trata de vivir basándose en su propia energía personal. Cada persona es como un actor que pretende dirigir la representación total: las luces, la danza, los actores, el escenario, siguiendo sus propios gustos. Si sus órdenes se siguieran y si los otros sólo se apegaran a sus deseos, el espectáculo sería perfecto. Todos estarían satisfechos, incluso él. La vida sería magnífica. En sus esfuerzos por poner todo en orden, nuestro actor quizá pueda mostrarse a veces muy virtuoso. Puede ser afable, simpático, cortés, generoso, indulgente, modesto y altruista. Y también puede ser egoísta, deshonesto y agresivo. Como todas las personas en este mundo, es probable que tenga una personalidad con múltiples facetas.
¿Qué ocurre normalmente? El espectáculo no se desarrolla muy bien y nuestro actor comienza a creer que el ambiente en el que vive no lo trata como él piensa que se merece. Decide hacer esfuerzos más grandes para tener éxito. Se vuelve más exigente o más amable, según sea el caso. No obstante, el espectáculo ahora no le gusta. Admite que tal vez tiene alguna culpa, pero piensa que los demás son más culpables. Se irrita, se indigna y se desprecia. ¿Cuál es su problema fundamental? ¿No es verdad que trata de alabarse a sí mismo, aun cuando trata de ser gentil? ¿No es víctima de la ilusión de que se puede lograr dicha y satisfacción en este mundo con la sola condición de saber cómo hacerlo? ¿No es evidente para el resto de los actores que esto es lo que él quiere? ¿Y no es cierto que todo eso incita a los otros a vengarse, retirando lo mejor del espectáculo? Aun en sus mejores momentos, ¿no crea él más confusión que armonía?
Nuestro actor es un egocéntrico y un ególatra. Es como un rico pensionado que pasa bien el invierno bajo el sol de Florida,
Lamentando el desastre financiero en el que se encuentra su nación; es como un predicador que suspira con horror por los pecados del siglo XX; es como el político y el reformador que afirma que seguramente la Utopía se realizaría si los demás se comportaran bien; y como el ladrón que fuerza cajas de valores mientras piensa que la sociedad se ha comportado mal con él; y como el alcohólico que ha perdido todo y se recupera tras de cuatro paredes. Cualesquiera que sean nuestras protestas, ¿no es verdad que la mayor parte de nosotros estamos preocupados por nosotros mismos, por los propios resentimientos, y no hacemos más que conmiserarnos?
Egoísmo y egocentrismo. He aquí la causa de nuestras penas. Llevados por múltiples formas de temor, miedo, preocupaciones, auto conmiseración, pisamos a los otros y ellos reaccionan. A veces nos hacen daño, sin que haya mediado una provocación de nuestra parte; pero si reflexionamos sobre cuánto hemos hecho, podremos reconocer que dimos motivos suficientes para provocarlos, porque bajo nuestro egocentrismo y nuestra auto conmiseración no pensamos mas que en nosotros, sin preocuparnos de los demás.
En el fondo pensamos que la causa de nuestros problemas somos nosotros mismos. Ellos surgen de nuestro interior. Y el alcohólico es el ejemplo típico de una voluntad sin freno, aunque la mayor parte de las veces no se dé cuenta. Antes que todo, los alcohólicos debemos desembarazarnos de nuestro egoísmo, si no el egoísmo nos mata. Dios nos da la posibilidad. A menudo la experiencia nos enseña que no nos es posible abandonar nuestro egoísmo sin Su ayuda. Muchos de nosotros tuvimos muchas convicciones morales y filosóficas, pero no pudimos ponerlas en práctica aun cuando lo deseábamos. Ni tampoco pudimos con nuestras solas fuerzas reducir nuestro egoísmo, por mucho que deseáramos o tratáramos. Necesitamos la ayuda de Dios.
He aquí el cómo y el porqué de nuestro método. Antes que nada tuvimos que dejar de comportarnos como si fuésemos Dios. Este modo de ser no funcionó. Después decidimos que en este drama de la vida Dios fuese nuestro Director: ¡Él sería el Director y nosotros sus agentes! Él es el Padre y nosotros somos Sus hijos. La mayor parte de las buenas ideas no son complicadas, sino simples, y este concepto ha sido la llave de este arco del triunfo por el cual hemos pasado para reencontrar nuestra libertad.
Tomada esta resolución con sinceridad, comprendimos que en torno nuestro acaecían cosas maravillosas y que teníamos un nuevo Patrón. En Su omnipotencia, Él nos proveía de lo que necesitásemos, a condición de que estuviéramos cerca de Él e hiciésemos bien Su trabajo. Llenos de fe en Él, nos fuimos interesando menos en nosotros mismos, en nuestras pequeñas ideas y en nuestros proyectos. Más y más interesante era aportar una contribución a la vida. Mientras sentíamos que nos inundaba una nueva fuerza, gozábamos una profunda paz del espíritu y cuando descubrimos la posibilidad de encarar la vida con éxito, cuando tuvimos conciencia de Su presencia, comenzamos a perder aquel miedo del hoy, del mañana y del porvenir que siempre habíamos tenido. Habíamos nacido por segunda vez.
Aquí nos encontramos entonces en el Tercer Paso. Varios de nosotros se dirigieron a su Creador, tal como ellos lo entendían, con la siguiente plegaria: OH, Dios, te ofrezco todo de mí para que Tú puedas rehacerme de nuevo y hagas de mí lo que quieras. Libérame de la esclavitud del egoísmo, para que yo pueda cumplir tu Voluntad. Aleja de mí las dificultades, de suerte que mi victoria sobre ellas sea un testimonio de Tu fuerza, de Tu amor y de Tu modo de vida para aquéllos a quienes yo haya ayudado. Haz que yo pueda hacer siempre Tu voluntad." Largamente reflexionamos antes de pasar esta etapa, ya que queríamos estar bien dispuestos; queríamos estar seguros de que, al fin, podíamos abandonarnos a Él completamente.
Descubrimos que era bueno afrontar este paso de crecimiento espiritual junto con alguna persona comprensiva, ya fuera la esposa o un buen amigo o el director espiritual. Mejor es encontrarse a solas con Dios que con una persona que no comprenda. La selección de las palabras evidentemente que depende de nosotros: lo importante es que se exprese claramente lo que uno intente afirmar. Es solamente el inicio, pero si se comienza con humildad y honestidad el camino hacia el abandono a Dios, de inmediato se tienen resultados, a veces bastante grandes.
Enseguida nos encaminamos en una carrera de vigorosa actividad, cuyo primer paso es un inventario personal, una limpieza de nuestra conciencia, que muchos de nosotros ni siquiera habían intentado hacer. Aunque la decisión tomada fue crucial y determinante, comprendimos que no podía haber un efecto duradero si no era seguida por un constante y continuo acto de voluntad de enfrentar y liberarnos de todos nuestros impedimentos. La necesidad de beber no era más que un síntoma. Por lo tanto, debíamos atacar las causas y los motivos.
Para tal fin, como dijimos arriba, comenzamos el inventario personal. Era el Cuarto Paso de nuestro crecimiento espiritual. Un negociante que no hace regularmente el inventario de las mercancías, está destinado al fracaso. Hacer un inventario comercial consiste en reconocer los hechos y examinarlos. Se busca conocer bien las mercancías en almacén. Uno de los fines de la operación es determinar cuáles son las mercancías dañadas o invendibles. Entonces hay que liberarse de ellas prontamente y sin lamentarlo. Si un negociante está interesado en el éxito, no puede engañarse sobre cuánto hay en la tienda.
Hicimos un inventario semejante de nuestra vida, y lo hicimos sinceramente. Al principio buscamos las imperfecciones de nuestro carácter que causaron nuestro fracaso. Convencidos de que el egoísmo es la causa de nuestra ruina, consideramos sus manifestaciones más comunes.
El resentimiento es el enemigo número uno". Este sentimiento destruye más alcohólicos que cualquier otra cosa. Da lugar a todas las formas de enfermedad espiritual; hay que admitir que estábamos afectados no sólo mentalmente y físicamente, sino también espiritualmente. Por lo tanto, cuando el mal espiritual ya no existe, nos recuperamos física y mentalmente. Para examinar nuestros resentimientos, los escribimos sobre una hoja. Hicimos la lista de las personas, de las instituciones o de los principios que suscitaban nuestra cólera. Nos preguntamos por qué nos enojábamos. Encontramos que la mayor parte del tiempo nos sentimos heridos o amenazados en nuestro amor propio; nuestras ambiciones, nuestra cartera, nuestras relaciones personales (comprendidas aquí las sexuales) estaban en peligro y amenazadas. Eso nos hacía sufrir y también encolerizarnos.
En la lista de nuestros resentimientos también apuntamos, al lado de cada nombre, la naturaleza de nuestra herida, preguntándonos qué aspecto de nuestra vida había sido afectado: ¿nuestro amor propio, nuestra seguridad, nuestras ambiciones, nuestras relaciones personales, nuestras relaciones sexuales?
En general, nuestra descripción era tan precisa como la siguiente:
[1]
[2]
[3]
Tengo resenti miento hacia
Causa
Puntos heridos de mi personalidad
Sr. Guzmán.
Sus atenciones para con mi mujer.
Relaciones conyugales y sexuales. Mi autoestima (miedo).

Le dijo a mi mujer que tengo una amante.
Relaciones sexuales. Amor propio (miedo).

Guzmán podría tomar mi puesto en la oficina.
Seguridad financiera. Amor propio (miedo).
Sra. Castañón.
Es una loca; me rechazó internó a su marido por beber. Él es mi amigo. Ella es una chismosa.
Relación personal. Amor propio (miedo)
Mi patrón.
Irrazonable Injusto - Exige demasiado - Amenaza con correrme por beber demasiado y por aumentar mi cuenta de gastos.
Amor propio (miedo). Seguridad financiera.
Mi mujer.
No me comprende, me critica. Le gusta Guzmán. Quiere que ponga la casa a su nombre.
Orgullo. Relaciones personales y sexuales Seguridad (miedo).
Así, hicimos una revisión de nuestras vidas, con la máxima exactitud y honestidad. Al terminar nuestra tarea estudiamos con cuidado lo que habíamos descubierto. La cosa más evidente fue que este mundo y quienes lo habitan están llenos de errores y de defectos. Una buena parte de nosotros llegó a la conclusión de que eran los otros quienes estaban equivocados. Resultaba, naturalmente, que ellos continuaban causándonos mal y que nosotros continuábamos conmiserándonos. Luego de los remordimientos seguía la auto conmiseración. Pero entre más luchábamos y más tratábamos de arreglar las cosas según nuestro punto de vista, más se embrollaba la situación. Como en la guerra, nuestra victoria era sólo aparente. Nuestros momentos de triunfo tenían una escasa duración.
Una cosa es clara: aquél que viva en el resentimiento profundo, acaba por llevar una existencia fútil y desdichada. Y cuando dábamos desahogo a nuestro resentimiento, desperdiciábamos minutos preciosos. Mas para el alcohólico, cuya esperanza es conservar y mejorar una experiencia espiritual, este rencor el resentimiento es extremadamente grave. Encontramos que es fatal. Cuando alimentamos ciertos sentimientos, impedimos que los rayos del Espíritu toquen nuestro espíritu. Regresa la locura del alcohol y volvemos a beber. Y, para nosotros, beber equivale a morir.
Si queremos vivir, es necesario liberarnos de la cólera. No va bien con nosotros la impaciencia, ni los excesos mentales y pasionales. Quien es normal puede permitirse estos lujos, pero, para el alcohólico, tales estados de ánimo son veneno.
Regresamos a la lista que habíamos hecho, ya que, según nosotros, contenía la llave del porvenir. Estuvimos dispuestos a examinar esta llave desde un punto de vista completamente nuevo. Entonces comenzamos a comprender que el mundo y sus habitantes en verdad nos dominaban. Siendo así las cosas, las acciones de otros, reales o hipotéticas, tenían el poder para matarnos. ¿Cómo podíamos escapar de esta suerte? Comprendimos que debíamos dominar los resentimientos, pero ¿cómo? No teníamos mayor control sobre nuestros resentimientos, igual que nos ocurría con el alcohol.
Este fue nuestro modo de proceder: nos dimos cuenta de que las personas que nos infligían males estaban espiritualmente enfermas, como lo estábamos nosotros. Pedimos a Dios que nos diera el espíritu de tolerancia, de benevolencia y de paciencia que hubiésemos mostrado con un amigo que estuviese enfermo.
Cuando alguien nos ofendía con su comportamiento, nos decíamos a nosotros mismos: Es una persona enferma. ¿Cómo podré serle útil? ¡Que Dios me preserve de la cólera! ¡Que Tu voluntad se cumpla, oh Señor!"
Evitamos la venganza o las discusiones. Con las personas enfermas no nos comportaríamos así. Si lo hiciéramos, destruiríamos toda buena esperanza de ayudar a los demás. No podíamos ser útiles a todos, pero Dios nos mostraría cómo tratar a todos y a cada uno con dulzura y tolerancia.
Volvamos a nuestra lista. Enfrentamos resueltamente nuestros errores, poniendo completamente aparte los males que otros nos habían hecho a nosotros. ¿Cuándo habíamos sido nosotros los egoístas, los deshonestos, los miedosos? Aunque no hubiéramos sido del todo responsables de una cierta situación, tratamos de olvidar el papel hecho por las otras personas. ¿Cuándo habíamos sido nosotros los culpables? Hicimos el inventario de nuestro comportamiento, no el de los demás. Una vez descubiertos nuestros errores, los pusimos en una lista. En blanco y negro estaban ante nuestros ojos. Admitimos honestamente nuestros errores y expresamos la voluntad de corregirlos.
Si se observa el ejemplo descrito arriba, se notará que la palabra miedo" está escrita entre paréntesis cuando se trata de las dificultades relacionadas con el señor Guzmán, la señora Castañón, el patrón y la esposa. Esta palabra, así de corta, tiene que ver con todos los aspectos de nuestra vida. El tejido de nuestra existencia fue corroído por este hilo temible y diabólico; puso en movimiento tantas circunstancias que nos trajeron desgracias, que pensamos que no merecíamos. Pero, ¿acaso no éramos nosotros los que habíamos dado la patada inicial? Hemos llegado a pensar a veces que el miedo puede ser clasificado como el robo, en cuanto causa y multiplica los problemas.
Examinamos con toda precisión nuestros miedos. Los catalogamos por escrito, aunque no hubiesen estado acompañados de resentimiento. Nos interrogamos sobre su causa. ¿No era que nuestras fuerzas nos habían fallado? La confianza en nosotros era buena, pero no pudo llegar lo suficientemente lejos. Ni el problema del miedo, ni ninguno de los otros problemas que padecíamos, pudo ser vencido con la confianza en nosotros mismos. Es más, cuando esta virtud nos hacía sentirnos orgullosos, todo empeoraba.
¿Existe un método mejor? Así lo creemos, pues ahora tenemos otros fundamentos: la confianza en Dios y el abandono a Sus cuidados. Más que fiarnos de nuestro yo limitado, ponemos nuestra confianza en un Dios infinito. Estamos en el mundo para desempeñar el papel que Él nos asignó. En la medida en que hagamos lo que creamos que El quiere y humildemente dependamos de Él, nos capacitará para enfrentar con serenidad la desgracia.
Jamás nos excusamos ante nadie por depender de nuestro Creador. Podemos reírnos de aquéllos que consideran la espiritualidad como la vía de la debilidad. Al contrario, es la vía de la fuerza. La historia ha demostrado que fe es sinónimo de coraje. Todos los hombres de fe han tenido coraje. Tienen confianza en su Dios. En ningún caso nos excusamos a causa de Dios. Nosotros mejor Le dejamos demostrar, a través de nosotros, lo que Él puede hacer. Nosotros Le pedimos que nos libere de nuestro miedo y que nos haga ver lo que quiere de nosotros. A partir de ahí sentimos al temor alejarse de nosotros.
Llegamos ahora a la cuestión sexual. Varios de nosotros tuvieron necesidad de una reforma en ese campo. Pero, antes que todo, tratamos de ser sensibles al respecto, ya que es muy fácil extraviarse. Es un punto sobre el cual las opiniones son diametralmente opuestas, y van también hasta extremos absurdos. Por una parte, están aquéllos para quienes las relaciones sexuales no hacen más que satisfacer las necesidades de nuestra naturaleza interior y no responden exclusivamente más que a la sola necesidad de procrear. Por otra parte, están aquéllos que siempre demandan más y más sexo, y que deploran la institución del matrimonio. Ellos consideran que la mayoría de los problemas del género humano son, en el fondo, problemas de orden sexual. Para ellos, o nuestras relaciones sexuales no son lo suficientemente frecuentes o no son buenas. Todo les parece revelar la vida sexual. Para algunos, la pimienta de la vida debería prohibirse; para otros, sólo la pimienta debería contar. No queremos entrar en esta controversia. No queremos ser los árbitros de ninguna actitud frente a la sexualidad. Todos nosotros tenemos problemas de sexualidad. No seríamos seres humanos si no los tuviésemos. Pero ¿cómo resolverlos?
Analizamos nuestra conducta de años pasados. ¿Cuándo habíamos sido egoístas, deshonestos o desconsiderados? ¿Le habíamos hecho daño a alguien? ¿Habíamos sido, sin un motivo válido, la causa de celos, de sospecha o de amargura para otras personas? ¿Cuándo habíamos actuado mal en ciertas situaciones? ¿Cómo debimos habernos comportado? Transcribimos todo, lo clasificamos y nos pusimos a estudiar el resultado.
Al estudiar nuestra conducta, intentamos trazarnos para el futuro un ideal de vida sexual que fuese sano y realista. Para cada relación nos hicimos la siguiente pregunta: ¿Habíamos sido o no egoístas? Le pedimos a Dios que nos ayudara a moldear un ideal y a actuar de acuerdo con el mismo. Siempre llevábamos en la mente que nuestras facultades sexuales nos habían sido dadas por Dios y que, por consiguiente, no podían ser malas; pero que no podíamos utilizarlas a la ligera o egoístamente, ni tampoco debíamos despreciarlas o tenerles aversión.
Cualquiera que sea el ideal adoptado, debemos siempre estar dispuestos a crecer hacia el mismo. Debemos estar dispuestos a hacer enmiendas por los daños que hayamos causado, siempre que esta reparación no cause daños aun más grandes. En otras palabras, tratamos la cuestión sexual como todas las demás. En nuestra meditación le pedimos a Dios lo que debemos hacer ante cada situación examinada. La buena respuesta nos será dada si nosotros lo deseamos.
Sólo Dios puede ser el juez imparcial de nuestra situación en materia sexual. A menudo es útil consultar con otras personas, pero nosotros dejamos a Dios el juicio final. Nos damos cuenta de que, cuando se trata de cuestiones sexuales, podemos encontrar a personas demasiado rigurosas o demasiado indulgentes. Evitamos las ideas o el consejo de personas histéricas.
Supongamos que no alcancemos a llegar a la meta ideal que nos fijamos. ¿Vamos a beber, por lo tanto? Hay quienes comparten esta opinión. Pero esto no es más que una verdad a medias. Todo depende de nosotros y de nuestros motivos. Si lamentamos nuestro error y tenemos el deseo sincero de dejar que Dios nos guíe hacia lo que sea mejor, creemos que seremos perdonados y que habremos aprendido nuestra lección. Si no nos arrepentimos de nuestra conducta pasada y seguimos tranquilamente haciendo el mal a los demás, es verdad que volveremos a beber. Esta no es una teoría. Son hechos aprendidos con nuestra experiencia.
Para regresar de manera sucinta al problema del sexo, sinceramente rezamos para conocer nuestro comportamiento ideal en este terreno, para obtener ayuda en situaciones dudosas, el sentido común y la fuerza para hacer lo que esté bien. Si nuestra vida sexual nos causa graves penas, nos ponemos una vez más a servirle a otros. Pensamos en sus necesidades y tratamos de ayudarlos para que las satisfagan. Eso nos obliga a salir de nosotros mismos. Nos calma los deseos imperiosos, cuya satisfacción significaría sufrimiento.
Si verdaderamente hemos hecho un inventario exhaustivo, escribimos mucho. Enumeramos y analizamos nuestros resentimientos. Empezamos a comprender su futilidad y el peligro mortal que representaban. Comenzamos a ver lo terriblemente destructores que son. Comenzamos a aprender lo que son la tolerancia, la paciencia y la buena voluntad hacia nuestros semejantes y también hacia nuestros enemigos, a los que empezamos a ver como seres enfermos. Hicimos la lista de las personas que nuestra conducta había lastimado y estuvimos dispuestos a reparar, si era posible, el daño que les habíamos causado en el pasado.
En este libro ha leído usted una y otra vez que la fe ha hecho por nosotros lo que no pudimos hacer por nosotros mismos. Esperamos haberlo convencido de que Dios puede liberarnos de toda forma de voluntad personal, de eso que nos apartaba de Él. Si usted ya ha tomado una decisión en lo que a Él concierne y ya ha hecho un inventario de sus debilidades más graves, ha tenido un buen comienzo. Así, ha absorbido y digerido algunas grandes verdades sobre usted mismo.

lunes, 3 de diciembre de 2007

**FELIZ NAVIDAD

domingo, 2 de diciembre de 2007

sábado, 1 de diciembre de 2007

*Parque


*EN EL FRENTE DEL ALCOHOLISMO

DEL LENGUAJE DEL CORAZON DE A.A.
En el frente del alcoholismo
Marzo de 1958
e dice que hay 4,500,000 alcohólicos en América. Hasta la fecha, AA ha ayudado a que casi 250,000 de ellos logren su sobriedad; o sea, uno de cada veinte, o un 5% del total. Este es un comienzo valeroso, lleno de significación y esperanza para aquellos que aún sufren. Pero estas cifras nos muestran que sólo hemos hecho un módico progreso en este gran problema de salud mundial. Hay millones que están todavía enfermos y otros millones pronto lo estarán.
Estos datos sobre el alcoholismo deben darnos un buen motivo para pensar, y para ser humildes. Sin duda podemos sentirnos agradecidos por toda agencia o método que intenta resolver el problema del alcoholismo - ya se trate de la medicina, la religión, la educación o la investigación. Debemos tener amplitud de mente ante todos esos esfuerzos y ser comprensivos cuando fracasan los malaconsejados. Debemos tener presente que durante años AA funcionaba según un método de "pruebas y tanteos." Nosotros como miembros individuales de AA podemos y debemos trabajar con aquellos que prometen tener éxito - aunque solo sea un éxito limitado.
Y no debemos permitir que nuestras particulares convicciones o prejuicios triunfen sobre nuestro buen sentido y buena voluntad. Por ejemplo, muchos de nosotros creemos que el alcoholismo es principalmente un problema espiritual. Por lo tanto, tenemos poca paciencia con los bioquímicos que quieren convencernos de que los borrachos beben porque se ven afligidos por un mal metabolismo. Igualmente, somos propensos a enfurecernos al oír a los siquiatras descartar toda cuestión del bien y del mal e insistir que el verdadero problema del alcohólico siempre tiene sus raíces en las obsesiones neuróticas que adquirió inocentemente cuando era niño debido a la inadaptación causada por los errores de sus padres. O al oír a los asistentes sociales decir que las verdaderas causas del alcoholismo residen en defectuosas situaciones sociales, solemos ponernos inquietos y responder: "¿A quién le importa cuáles puedan ser las causas? AA puede ayudar a reponerse a los borrachos, sin meterse en todos esos detalles."
De forma parecida, algunos AA censuramos todas las tentativas terapéuticas, salvo la nuestra. Señalamos ciertas clínicas o comités que han logrado hacer muy poco; nos quejamos de las inmensas sumas de dinero malgastadas por agencias privadas y agencias del estado. Nos valemos del caso de toda droga experimental que no da buenos resultados para hacer críticas virulentas. Menospreciamos los esfuerzos que hacen los hombres y mujeres de la religión para tratar con nosotros los borrachos. Creemos que una sólida educación sobre el alcohol es una buena cosa. Pero al mismo tiempo somos propensos a creer que en este campo, AA - aunque sea de forma indirecta - está haciendo la mayor parte del trabajo.
Puede que esto parezca ser una confesión de los pecados de AA y, hasta cierto punto, lo es. Es también una confesión de que, en alguna u otra ocasión, yo he sostenido algunas de estas miopes opiniones y prejuicios. Pero me apresuro a añadir que todo lo que acabo de decir se aplica mucho más al pasado de AA que a la Comunidad de hoy día.
Hoy en día, la gran mayoría de nosotros recibimos de buen grado cualquiera nueva luz que se pueda arrojar sobre la aflicción misteriosa y desconcertante del alcohólico. No nos importa mucho la procedencia de estos nuevos y valiosos conocimientos, ya sea que provengan de un tubo de ensayo, del sofá de un siquiatra o de estudios sociológicos reveladores. Nos agrada cualquier tipo de educación que facilite información precisa al público y cambie su acostumbrada actitud para con el borracho. Cada vez más consideramos a todos tos que trabajan en el campo del alcoholismo como nuestros compañeros en la marcha desde la oscuridad hacia la luz. Nos damos cuenta de que podemos realizar juntos lo que nunca podríamos lograr separados y en rivalidad.
Preocupado por AA y todos sus asuntos, debo confesar que he dedicado poco tiempo a pensar en el problema global del alcoholismo. Pero silo puedo vislumbrar, y me gustaría compartir con ustedes lo que vislumbro.
Consideremos los 4,500,000 borrachos que hay en América. ¿En qué situación están ahora? ¿Qué se está haciendo y qué se puede hacer por ellos? ¿Y por la siguiente generación - otros 4,000,000 que aún son niños y adolescentes? Excepto por lo que AA pueda hacer, ¿han de ser víctimas también?
Empecemos por el punto más bajo. Nuestras instituciones siquiátricas están inundadas de gente con lesiones cerebrales y gravemente sicopática. Alguno que otro consigue volver a integrarse en la sociedad, pero no muchos. La mayoría ya han llegado a un punto del que no pueden volver atrás. Su mejor esperanza es pasar al otro mundo. Sin embargo, futuras investigaciones sobre su condición pueden ampliar nuestros conocimientos acerca de la prevención para el beneficio de los que se están aproximando al borde del abismo. También se puede encontrar una gran cantidad de alcohólicos en las prisiones. Puede que el alcohol les metiera directamente en los líos por los que están allí, o puede que tuvieran que beber a fin de poder entregarse a sus obsesivas inclinaciones para cometer los crímenes. Aquí se ve una clara necesidad de investigaciones científicas - médicas, siquiátricas y sociales. AA no puede hacer esta tarea, pero hay otros que ya han hecho un buen comienzo.
Todas las grandes ciudades tienen sus barrios bajos. Sin duda tiene que haber varios cientos de miles de los llamados borrachos perdidos. Algunos están tan sicóticos y tan trastornados que su único destino es el manicomio. El resto de estos incontables hombres y mujeres suelen encontrarse en los cuarteles de la policía, los juzgados, las cárceles y los hospitales. Lo que ellos pagan en sufrimiento es incalculable; lo que la sociedad paga, únicamente en dinero, es enorme. Multitudes de estas personas, que todavía no son consideradas locas por la ley, se ven condenadas a vagar de un lado a otro sin esperanza. ¿Hay algo que se pueda hacer? Es muy probable que si. Tal vez se les puede trasladar a unas granjas donde en una especie de "cuarentena" pueden hacer suficiente trabajo para mantenerse a si mismos, mejorar de salud, y ahorrar a sus respectivas ciudades grandes sumas de dinero y grandes molestias. Este y otros experimentos parecidos han empezado a ofrecer mucha más esperanza a los habitantes de los barrios bajos. Los miembros de AA están ayudando, pero la mayor parte del trabajo y del dinero tendrá que venir de otros sitios.
Consideremos ahora los millones de alcohólicos que aún no han llegado a las prisiones, los manicomios o los barrios bajos. Se dice que ellos constituyen la gran mayoría. En este momento, AA parece ser su mejor esperanza de recuperación. Entonces, ¿por qué no han acudido a nosotros todos esos millones? O, ¿por qué no han tratado de recuperarse por cualquier otro método?
Cualquier miembro de AA puede darte una respuesta rápida y precisa. "No están listos. No se dan cuenta de lo enfermos que están. Si lo supieran, vendrían en tropel buscando tratamiento, como si tuvieran diabetes o cáncer." Por lo tanto, el problema es cómo exponerles los hechos que les convenzan que están gravemente enfermos.
Más que nada, la solución parece estar en la educación - educación en las escuelas, en las facultades de medicina, entre los clérigos y los patrones, en las familias y del público en general. Desde la cuna hasta la tumba, el borracho y el posible alcohólico tendrán que encontrarse en un ambiente de comprensión profunda y auténtica y expuestos a un continuo bombardeo de información: los hechos acerca de su enfermedad, sus síntomas, y su fatídica gravedad. ¿Por qué debe esperar un alcohólico hasta cumplir los 55 años y estar horriblemente destrozado para enterarse de que es una persona muy enferma si, con la apropiada educación, se le podría haber convencido a los 30 ó 35 años?
La historia nos ha enseñado que ni el sermonear ni el moralizar ni otros intentos parecidos para reformarlos, sean cuales sean sus diversos méritos, han causado mucha impresión a los alcohólicos en general. Pero en años recientes, la educación objetiva sobre las realidades de la enfermedad ha dado resultados muy prometedores. Ahora vemos llegar a AA una gran cantidad de gente joven, como consecuencia directa de la más generalizada difusión de información sobre la enfermedad.
Los AA hemos hecho bastante trabajo en este aspecto educativo, y algunos amigos fuera de AA han hecho aun más. Como consecuencia, en este mismo momento casi medio millón de borrachos en los Estados Unidos están intentando recuperarse - o al menos pensando seriamente en hacerlo - por su propia cuenta, o por medio de algún tratamiento. Tal vez este cálculo es un poco elevado, pero no es ni mucho menos una fantasía. Una buena educación acerca del alcoholismo - y cada vez más amplia y generalizada - tendrá sin duda un gran impacto.
El impacto de la educación no solo se verá reflejado en la cantidad de personas bajo tratamiento, sino aun más en el aspecto preventivo. Esto quiere decir educación objetiva acerca de los hechos, presentada apropiadamente a los niñas y a los adolescentes, en el hogar y en la escuela. Anteriormente, una gran parte de la educación consistía en atacar la inmoralidad de beber en lugar de la enfermedad del alcoholismo.
Los AA podemos hablar acerca de este asunto con gran convicción. La mayoría de nuestros hijos se han visto trastornados emocionalmente par nuestro comportamiento alcohólico, y se encuentran claramente 'inadaptadas." Muchos de ellos ya deberían de haberse convertido en bebedores problemas. Pero no han hecho tal cosa. El alcoholismo, a el posible alcoholismo, rara vez se ve entre los hijos de padres que son miembros de AA. Pero nunca les prohibimos beber, ni les sermoneamos silo hacen. Simplemente aprenden parlo que ven y parlo que oyen que el alcoholismo es un asunto espantoso y que si beben, tienen una probabilidad entre quince de contraer la enfermedad del alcoholismo. La mayoría de ellos no beben nada en absoluto. Otros beben con moderación. Las demás, después de meterse en algunos líos funestos, son capaces de dejar de beber y la hacen rápidamente. Esto parece ser la forma más eficaz de educación preventiva.
Por lo tanto, es totalmente posible que muchos de estos métodos y actitudes de AA se pueden aplicar a todos los niños.
¿Quién se va a encargar de hacer toda este trabajo educativo? Obviamente, es tanta una tarea para la comunidad cama para las especialistas. Individualmente, las AA podemos ayudar, pera AA como tal no puede, y no debe, intervenir directamente en este campo. Por lo tanto, tenemos que contar can otras agencias, can nuestros amigos de afuera y can su buena disposición de dedicar grandes cantidades de dinero y esfuerzo - los cuales, con mayor eficacia que nunca, encaminarán al alcohólico al tratamiento y evitarán el desarrolla de la enfermedad en millones de niños predispuestos, quienes, de otra forma, seguirían el camino tan bien conocida par nosotras.
Como el siguiente fragmento de la historia de AA demuestra, se han hecha grandes y muy prometedores progresas fuera de AA, en el campo de la investigación, del tratamiento, de la rehabilitación y la educación. Dio la casualidad de que ya era testigo de las inicias de las métodos modernas en estas esferas. A continuación les contaré lo que vi:
Tengo vivas recuerdas del Dr. H.W. Haggard del cuerpo docente de la Universidad de Yale. En 1930, cuatro años antes de que yo lograra mi sobriedad, este excelente médico se estaba preguntando de qué sufrían las borrachas. Quería emprender una investigación - al principia un proyecta experimental de laboratorio para determinar si acaso tuvieran una bioquímica peculiar. A algunos de sus colegas, este proyecto les parecía tan risible que el buen doctor no pudo conseguir ninguna subvención de la tesorería de Yale. No obstante, el Dr. Haggard se sentía como un hombre con una misión. Contribuyó a financiar el proyecto con dinero de su propio bolsillo, y pidió a sus amigos que hicieran aportaciones. Logró lanzar la investigación y él y un asociado suyo, el Dr. Henderson, se pusieron a trabajar.
Más tarde, en 1937, el Dr. Anton Carlson, renombrado fisiólogo, y un grupo de científicos interesados formaron un organismo subsidiario llamado el Consejo de Investigaciones Sobre los Problemas del Alcohol. Algunos de los primeros AA neoyorquinos asistimos a sus reuniones - a veces para darles ánimo y a veces, confieso, para abuchear. (Los AA de esa época creían que tenían un monopolio en el tratamiento de los borrachos.)
En esos días, se integró en el Consejo de Investigaciones una persona muy enérgica, el Dr. E.M. Jellinek. No era doctor en medicina; pero era "doctor" en casi todo lo demás. Aprender todo acerca de los borrachos no era sino un asunto de ponerse al día en sus lecturas atrasadas. Por prodigio de erudición que fuera, no obstante, era un hombre muy popular con nosotros los alcohólicos. Le llamábamos un "alcohólico seco," porque se podía identificar tan fácilmente con nosotros. Incluso su apodo era muy simpático - su padre húngaro le llamaba "Bunky," que en ese idioma significa "rabanillo." El "rabanillo" se puso a trabajar en seguida.
Con el tiempo, Bunky y el Dr. Haggard aunaron sus esfuerzos y en 1940 empezaron a publicar el Quarterly Journal of Studies on Alcohol [Revista Trimestral de Estudios sobre el Alcohol], dedicada a publicar artículos que abarcaban todo el campo de estudios e investigaciones acerca del alcohol. Esta empresa resultó en una estrecha asociación y colaboración entre el Dr. Jellinek y el Dr. Haggard.
En 1943, el Dr. Haggard y Bunky organizaron la Escuela de Yale para Estudios sobre el Alcohol. Se dieron cuenta de que un laboratorio y una revista técnica no podían llegar muy lejos a no ser que se encontrara una audiencia más amplia. Se propuso la idea de que cualquier persona que tuviera algo que ver con los borrachos o con el problema del alcohol debería estar representada en la escuela.
Un grupo curiosamente variado se reunió en las primeras sesiones. Me acuerdo muy bien del venerable Sr. Colvin, el que solía presentarse como candidato para presidente por el Partido Prohibicionista. Al otro extremo de la opinión violenta se encontraban algunos representantes de la industria del licor. Entremedias había unos cuantos clérigos, asistentes sociales, jueces, policías, oficiales de libertad condicional, educadores, y una cierta cantidad de nosotros los borrachos. Cada cual tenía su propio interés personal y sus propias convicciones rígidas. Los dos campos opuestos casi no se hablaban. Cada facción quería que nosotros los alcohólicos estuviéramos de acuerdo con ellos. Esto era muy halagador, pero naturalmente nosotros seguimos el rumbo independiente, y no estábamos de acuerdo con casi nadie.
De esta mezcla tan poco prometedora, los doctores Haggard y Jellinek tuvieron que llegar á conseguir un concierto. Hubo que convencer a los anti-prohibicionistas de que no se podía esconder el problema debajo de la cama; ni tampoco podían los prohibicionistas seguir atemorizando, mostrando un hígado podrido a cada uno de los bebedores. Y nosotros los AA teníamos que ver la enormidad del problema global del alcohol y encarar el hecho de que probablemente no íbamos a hacer que todo el mundo dejara de beber de la noche a la mañana. La escuela contribuyó con los resultados de sus investigaciones, y los demás contribuyeron con lo que tenían, o creían tener, y finalmente Bunky nos hizo ver que teníamos que enfrentamos juntos a los hechos reales y además hacerlo de una manera amistosa. Fue un toque maestro de diplomacia; fue quizás la primera vez que se logró abordar, con amplias miras y gran tacto y sensibilidad, el problema del alcohol en los Estados Unidos.
En el año siguiente, 1944, hubo dos acontecimientos de la más alta significación. El grupo de Yale abrió una clínica que tendría un gran número de borrachos vivos para servir como sujetos de sus tratamientos experimentales y en quienes basar sus investigaciones. Ray McCarthy, el primer administrador de la clínica, pasó sudores probando el método clínico con el primer grupo de alcohólicos.
Luego se presentó Marty. Como pionera de AA, se daba cuenta de la necesidad de cambiar las actitudes del público, que habría de hacer saber a la gente que el alcoholismo era una enfermedad, y que se podría ayudar a los alcohólicos. Ella formuló un plan para crear una organización que realizara un programa vigoroso de educación pública y que estableciera comités compuestos por ciudadanos en todas partes del país. Me sometió su plan. Me sentía entusiasmado, pero creía que sería necesario tener el respaldo de la comunidad científica, así que remitimos el plan a la atención de Bunky, y él vino a reunirse con nosotros. Nos dijo que, a su parecer, el plan era acertado y bien razonado y que había llegado ya la hora propicia, y estaba de acuerdo conmigo en que Marty era la persona más apropiada para hacer el trabajo.
Originalmente financiada por el incansable Dr. Haggard y sus amigos, Marty emprendió su gran labor. Aunque el espacio no me permite hablar en detalle acerca de los magníficos logros de Marty y sus asociados, miembros del actual Consejo Nacional Sobre el Alcoholismo, puedo manifestar mi convicción de que no existe otra agencia que haya hecho más para educar al público, ampliar las posibilidades de hospitalización, o poner en marcha tantos y tan diversos proyectos constructivos. Claro está que el consejo ha pasado por muchos dolores de crecimiento, pero hoy día los resultados del CNA atestiguan su eficacia de forma elocuente.
En 1945, el Dr. Selden Bacon, eminente sociólogo, fue nombrado coordinador de la Comisión Sobre el Alcoholismo de Connecticut, el primer programa sostenido con fondos estatales. Esta primera colaboración se realizó como consecuencia directa del trabajo del Dr. Bacon y el grupo de Yate. Desde entonces, nuestro amigo Selden ha contribuido con su inmensa energía y su más aguda perspicacia al beneficio de nosotros los alcohólicos.
No cabe duda de que él es una de las mayores autoridades que conocemos en el campo de la sociología.
Me gustaría muchísimo poder mencionar a otros muchos amigos dedicados de esa época pionera y dilatarme sobre sus aportaciones. Otros nuevos amigos les han seguido desde entonces y hoy día son una legión. A todos ellos les expreso la gratitud eterna de Alcohólicos Anónimos.
Sus esfuerzos conjuntos, a menudo suscitados por los AA, han dado multitud de frutos: Cuatro universidades ahora tienen programas basados en el modelo de Yate. Tres mil hospitales, privados y públicos, han abierto sus puertas a los alcohólicos. Hemos visto un cambio revolucionario en la actitud de la industria hacia sus empleados. Las instituciones carcelarias, la policía y los jueces han cobrado un nuevo ánimo. Numerosos comités de ciudadanos se han puesto a atacar el problema global en sus varias comunidades. Más de treinta estados de los EE.UU. y la mayoría de las provincias de Canadá tienen programas de rehabilitación y tratamiento. Muchos grupos de clérigos se han puesto a educar a sus colegas. Se están haciendo importantes progresos en la investigación y el tratamiento siquiátricos. Los experimentadores trabajan en sus laboratorios con gran optimismo. La Asociación Médica Norteamericana ha reconocido oficialmente el alcoholismo como una enfermedad crónica, y ha establecido un subcomité sobre el alcoholismo. Las facultades de medicina han empezado a incluir cursos sobre el alcoholismo en su plan de estudios. Con el acicate de Bunky, la Organización Mundial de la Salud está llevando todas estas buenas noticias a todas partes del mundo. Se están modernizando los libros de textos de las escuelas. La prensa, la radio y la televisión están emitiendo diariamente toneladas de información con el fin de educar al público en general. Todo esto ha venido ocurriendo durante los veinte y ocho años que han pasado desde que el Dr. Haggard decidió ponerse a determinar el porqué del carácter alcohólico.
Cada uno de estos pioneros en el campo general dirían generosamente que si no hubiera sido por la prueba concreta de la recuperación en AA, no podrían haber seguido con sus trabajos. AA era la estrella polar de esperanza y ayuda que les mantuvo en ello.

jueves, 22 de noviembre de 2007

miércoles, 21 de noviembre de 2007

**CARITAS


**NIÑOS


**NIÑAS







martes, 20 de noviembre de 2007

**BEBE

sábado, 17 de noviembre de 2007

*PEQUEÑAS OBRAS


OBRAS PEQUEÑAS QUE AGRADEN A DIOS

DIOS como cada quien lo concibe, nos pide que VIVAMOS.

La vida está compuesta de pequeñas cosas, las virtudes son una pequeña parte de acciones que a lo mejor no sobresalen de lo común, pero con cada una de ellas se va forjando la vida.
Cada día lo encontramos lleno de ocasiones para servir, para decir DIOS, ámame, YO, con mis obras seguiré diciéndote que te amo, te lo repetiré todos los días con mi conducta, esas serán las pequeñas cosas con que te sirvo cada día, con la boca callada cuando alguien me ofende, con mi puntualidad en tus asuntos, cuidando de las instrucciones que has escrito para mi en los libros, siendo amable con la gente con quien trabajo, con mi esposo, hijos, hermanos, madre, amigos y compañeros de grupo, haciendo con amor a mi trabajo, el darle sentido a cada día que me regalas, a cada hora.

Yo se que hoy quizá no seré un Héroe que vuele a salvar al mundo de una bomba atómica, pero seré un ser humano piadoso con amabilidad, paciencia y armonía que haga de este día, un día digno de ser vivido.

No quiero convertir mi vida en una vida mediocre, al hacer mi trabajo de rutina al voy, ni hablando de lo mal que están las cosas, de lo mal que está el País, y hablando mal de las personas en general.

Hoy mi deber es salvar la buena intensión de las personas.
Todos los días tengo la oportunidad de decirle una palabra amable a un amigo, a un familiar, a ese compañero que se encuentra cansado o preocupado, tengo oportunidad este día de pedir las cosas con amabilidad, de ser agradecida, de evitar conversaciones o comentarios que siembren discordia y de lo que nada bueno resulta, hoy puedo ceder en la opinión, para evitar a toda costa el mal humor, que tanto daño me causa y causa a mi alrededor, hoy voy a escuchar con interés a quien me hable, o entablar una conversación cuando el silencio se vuelve excesivo.

Este día me presentaré a DIOS que me espera con las manos abiertas, y le dejaré mis esfuerzos, mis penas, mis tentaciones, mis sonrisas, mi constancia en el trabajo y en mi vida, todas esas cosas pequeñas que el sabe apreciar.

DIOS, me pide algo a cada momento, pero siempre cosas que yo pueda hacer, y si soy fiel, poco a poco me da responsabilidades más importantes a medida que cumplo con las primeras.

Todas estas obras pequeñas con que cumplo no mueven mi vanidad, A quien se le ocurre aplaudir a una madre que limpio la casa, a un hijo que fue a la escuela, a un padre que fue a trabajar, a un hijo que está jugando con sus amigos, al cartero que vino a dejar la correspondencia, al cobrador que vino por el abono, a quien se le ocurre aplaudir porque una persona sonríe a otra, porque una persona nos escuchó, porque un amigo nos habló por teléfono, porque se han ordenado las herramientas de trabajo, porque una madre ha preparado la comida, porque saludamos al vecino, porque dijimos adiós a un conocido, porque se ayudó a pasar a alguien la calle, porque fue al grupo, porque despidió con una bendición al que se marchaba, porque el doctor trató con delicadeza al enfermo.

Todas estas obras pequeñas me enseñan a servir en obras más grandes, pero si no cumplo con estas pequeñas DIOS no va a depositar en mí la responsabilidad de obras más grandes.

En estas cosas pequeñas hoy estoy buscando mi alimento espiritual para estar con DIOS, para no llenarme de vanidad y poder cumplir con otras obras de mayor responsabilidad que DIOS me encomiende y llevarlas a cabo con la misma naturalidad y humildad con que llevo estas y poder llegar al final del día y entregárselas en sus manos abiertas que están esperando que lleve algo de lo que el me demandó.

viernes, 16 de noviembre de 2007

*LADADIVA MAS GRANDE DE TODAS

La dádiva más grande que le pueda tocar a cualquier persona es un despertar espiritual. Esto seria, sin duda, el veredicto de todo alcohólico bien recuperado, miembro de la Comunidad de AA.
Bueno, pues, ¿qué es este "despertar espiritual," esta "experiencia transformadora"? ¿Cómo se produce en nosotros y qué es lo que hace?
Para empezar, un despertar espiritual es el conducto por el que encontramos la sobriedad. Y para nosotros los AA, la sobriedad significa la vida misma. Sabemos que el despertar espiritual es la llave que nos abre la posibilidad de sobrevivir el alcoholismo y que, para la mayoría de nosotros, es la única llave. Tenemos que despertar; si no, morirnos.
Así que nos despertamos, y nos encontramos sobrios. Y entonces, ¿qué? ¿Es la sobriedad todo lo que podemos esperar tener de un despertar espiritual? No, la sobriedad no es sino el mero comienzo, no es sino la primera dádiva del primer despertar. Si hemos de recibir otras, es necesario perseverar en el despertar. Y si perseveramos, nos damos cuenta de que poco a poco podemos descartar la vieja vida - la que no funcionó - y reemplazarla por una nueva vida que puede funcionar y que funciona, sean cuales sean las circunstancias. Sin importar la suerte que nos toque - los éxitos o los fracasos mundanos, las penas y los placeres, la enfermedad o la salud, e incluso la muerte - podemos llevar una vida de posibilidades ilimitadas si estarnos dispuestos a perseverar en nuestro despertar.
Poco tiempo después de unirse a AA, un recién llegado se dirigió a mí diciendo: "Estoy sobrio y es casi un milagro que lo estoy. Me confesé vencido, asistí a unas cuantas reuniones, empecé a ser sincero conmigo mismo y con mi padrino. Y entonces, de repente me vi librado de esa ansia temible de tomarme un trago. Ya no he tenido que luchar contra la bebida; el deseo de beber alcohol simplemente se ha desvanecido, y aún no puedo explicarme precisamente cómo ni por qué. Mis compañeros de AA son maravillosos. Se preocupan de mí, y me comprenden. Para mí, esta es una realidad completamente nueva.
"Pero," el Sr. Principiante añadió, "aun me siento algo despistado. No he logrado explicarme cómo este asunto de Dios se encaja en la vida práctica. Y al oír a mis compañeros hablar de trocar una "vida vieja por una nueva," me es difícil de asimilar. Claro está que me encuentro sobrio, y esto es algo nuevo. Pero ahora que me he convertido en exborracho, ¿qué tendría de malo intentar vivir mi propia vida? Esa me convenía hasta que la bebida me echara la zancadilla. Estaba haciendo grandes progresos, en camino de hacer mi fortuna. Y las cosas iban bastante bien en casa también, hasta que mi mujer me dijo a gritos que no podía aguantarme más y se fue. Lo único que necesito es la sobriedad, y AA puede seguir dándomela. Ahora puedo volver a ocuparme de mis asuntos. Estoy seguro de que esta vez lo haré mejor."
Pasados cuatro años, me tropecé con este mismo principiante." 'Hola, Pepe," le dije, "¿ya has hecho tu fortuna? Y tu mujer, ¿volvió a vivir contigo'?"
Con media sonrisa, Pepe me miró fijamente y me replicó: "No, Bill, ni nada por el estilo. Pasé un año infernal. El que me mantuviera sobrio fue un milagro más grande que el de lograr mi sobriedad. Iba insistiendo en hacer mi fortuna y en conseguir que mi mujer volviera. Si no, iba a vivir como un triste desgraciado. Y sin duda me sentía así. Pero, poco a poco, me fui despertando ante la posibilidad de que Dios no me hubiera instalado en la tierra para acumular todo el dinero, prestigio y amor que yo pudiera. Por fin, tuve que enfrentarme a la realidad de que sería necesario contentarme con menos, y mucho menos. Y si no pudiera aceptarlo, era probable que volviera a emborracharme.
"Así que dejé de rezar de boquilla la Oración de Serenidad de AA, y empecé de hacerlo con plena sinceridad. Una y otra vez decía: 'Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para reconocer la diferencia.'
"Como iba lentamente adquiriendo la capacidad para aceptar, iba disminuyendo mi dolor. Empecé a despertarme y a mirar alrededor mío. Empecé a darme cuenta de que mi humilde trabajo era un medio para ganarme la vida y para servir a la sociedad. El conseguir un trabajo más importante y prestigioso ya no podía ser mi objetivo principal. Luego, reflexioné sobre AA. ¿Qué había hecho yo para la Comunidad que me salvó la vida? Tuve que confesar que era muy poco. Así que empecé a participar en las reuniones de AA con una nueva actitud. Dejé de tener envidia a los AA acomodados y empecé a escuchar atentamente lo que decían. Llegué a saber que el dinero ya no era un símbolo de prestigio; que lo teníamos en depósito, para hacer de ello el mejor y más apropiado uso posible. Me enseñaban además que las tentaciones de la riqueza a veces podrían ser una aflicción peor que las penas de la pobreza. También, logré comprender que no existe tal cosa como un AA desgraciado - si es un verdadero miembro. Si está enfermo, por el ilustre ejemplo que da, puede servir como inspiración tanto para los enfermos como para aquellos que gozan de buena salud. Si anda escaso de dinero, puede rebosar de riquezas espirituales, y ser un trabajador y servidor diligente de nuestra Comunidad.
"Ahora me doy cuenta de que el despertamos y el desarrollarnos no han de tener fin nunca, y que nunca debemos tener miedo a los dolores de crecimiento, siempre que esté dispuesto a reconocer, tras estas experiencias, la verdad acerca de mi mismo.
"Hace algunos días, un AA veterano me dio un ejemplo que nunca olvidaré. Paco es un auténtico pionero. De hecho, dio inicio a AA en mi pueblo. Yo solía tenerle envidia porque era millonario.
"Me dijeron que estaba en el hospital local, mortalmente enfermo y a punto de morir. En cierto sentido me aborrecía la idea de ir a visitarlo; me imaginaba que sería muy triste. Al cruzar el umbral, vi la sala llena de compañeros de AA que estaban de muy buen humor. Estaban alegres porque Paco estaba alegre. Les estaba contando historias graciosas de sus días de bebedor, secándose a intervalos el mentón, enjugando la sangre que salía de su boca cancerosa. Se incorporó y se sentó con las piernas y los pies desnudos colgando del borde de la cama. Una enfermera entró, le amonestó y le suplicó que se acostara. Paco le hizo un ademán para que se callara y le dijo: 'Si me tumbara en la cama, puede que me muriera ahora mismo. Y esto seria una lástima, porque quiero asistir a nuestra convención estatal de AA la semana que viene.'
"Todos sabíamos que esto no era una mera bravata; lo había dicho con toda sinceridad.
"Pasado un rato, Paco volvió a hablar de la muerte. Nos dijo que había llevado una vida maravillosa. La bebida le había causado grandes penas; pero, como consecuencia, AA le había ofrecido grandes alegrías. Con su 'despertar' en AA, le había venido la segura convicción - de hecho, la certeza, de que 'en la casa de mi Padre hay muchas moradas.' Todos los allí reunidos nos dimos cuenta de que, para Paco, la muerte no era sino un nuevo despertar. No logró asistir a esa convención.
"Pero Paco sabía, y nosotros sabemos, que esto no era realmente importante, porque Paco ya tenía en sus manos 'la dádiva más grande de todas'."

*EMPEZAR CONMIGO (ANECDOTA)


*POR 25 CENTAVOS (ANECDOTA)


*ORACION DE LA SERENIDAD


*PRIMERO ES LO PRIMERO

"DEL LIBRO VIVIENDO SOBRIO"

He aquí un antiguo dicho que tiene un significado especial e importante para nosotros. Quiere decir sencillamente: que so­bre todas las demás ocupaciones, debemos recordar que no po­demos beber. No beber es de primordial importancia para nosotros, en cualquier parte, en cualquier lugar, y bajo cualquier circunstancia.
Este es estrictamente un asunto de supervivencia para no­sotros. Hemos aprendido que el alcoholismo es una enfermedad asesina, que conduce a la muerte en un gran número de for­mas. Preferimos no activar esa enfermedad arriesgándonos con una bebida.

El tratamiento de nuestra condición, tal como lo ha notado la Asociación Médica Norteamericana, "involucra primordial­mente el no tomar ni un solo trago". Nuestra experiencia re­fuerza esa receta terapéutica.
En los problemas prácticos y de todos los días, esto quiere decir que debemos tomar todas las medidas que sean necesarias, a pesar de cualquier inconveniente, para no beber.
Algunos nos han preguntado. "¿Esto quiere decir entonces que hay que colocar la sobriedad por encima de la familia, el trabajo, o la opinión de los amigos?".
Cuando observamos que el alcoholismo es un asunto de vida o muerte, la respuesta es muy sencilla. Si no salvamos nuestra salud y nuestras vidas, entonces seguramente no podremos tener familia, trabajo, ni amigos. Si apreciamos la familia, el trabajo y los amigos, ante todo debemos salvar nuestras propias vidas para poderlas gozar".
"Lo Primero es lo Primero" es rico también en otros significados que pueden ser muy importantes para combatir el problema alcohólico. Por ejemplo, muchos de nosotros hemos nota­do que cuando dejamos de beber, nos pareció que tomaba demasiado tiempo el lograr tomar decisiones. Las decisiones parecían difíciles de alcanzar, ya que venían y se iban con demasiada frecuencia.
Ahora bien, la indecisión no afecta únicamente a los al­cohólicos en recuperación, pero probablemente nos molestó más a nosotros que a otras personas. El ama de casa recién ingresada a los grupos no podía resolver cuál de los muchos trabajos hogareños debía ejecutar primero. El hombre de negocios no podía decidir entre hacer esas llamadas o dictar aquellas cartas, o efectuar aquel negocio. En muchos compartimientos de nues­tras vidas, deseábamos afrontar y poner por obra todas las tareas y obligaciones que habíamos estado despreciando. Obvia­mente, no podíamos encargamos de todas ellas simultáneamente.
Entonces fue cuando nos ayudó el axioma "Lo Primero es Lo Primero". Si alguna de las alternativas que se nos presen­taban involucraba tomar la decisión entre beber y no beber, esa decisión merecía y obtenía absoluta prioridad. A menos que nos aferráramos a nuestra sobriedad, ningún negocio, ni limpieza, ni llamada telefónica, ni carta se hubiera podido llevar adelante.
Posteriormente utilizamos el mismo axioma para organizar el tiempo de nuestra recién hallada sobriedad. Tratamos de planificar las actividades del día, ordenando nuestras tareas en orden de importancia, y nunca haciendo un horario demasiado estricto. Teníamos en mente otra cosa "primordial", nuestra salud general, porque sabíamos que si nos cansábamos dema­siado o dejábamos de comer oportunamente, se nos podrían presentar dificultades.
Durante el alcoholismo activo, muchos de nosotros llevamos vidas sumamente desorganizadas, y la confusión nos hacía sentir incómodo o aún desesperados. Aprender a no beber se facilita introduciendo algún orden de nuestra rutina diaria, pero siendo realistas y manteniendo un plan flexible. El ritmo de nues­tra rutina personal tiene un efecto sedante, y, para organizar nuestra desorganización previa el principio más apto es, efectivamente: "Lo Primero es Lo Primero".

*VIVE Y DEJA VIVIR



"DEL LIBRO VIVIENDO SOBRIO"

El antiguo dicho "Vive y Deja Vivir" parece ser tan común, que es muy fácil que se pierdan sus valores. Naturalmente, una de las razones por las cuales se ha dicho una y otra vez durante tantos años es que ha probado ser muy benéfico de muchas ma­neras distintas.
Nosotros los A.A. le damos algunos usos especiales para ayu­darnos a no beber. Particularmente nos ayuda a llevarnos bien con las personas que alteran nuestros nervios.

Reviviendo una vez más una pequeña parte de nuestras his­torias de bebedores, muchos de nosotros podemos ver cómo muy frecuentemente nuestro problema alcohólico estaba relacionado con una u otra forma con las demás personas. Experimentar con vino o cerveza en nuestros años de secundaria parecía natural puesto que tantos otros lo estaban haciendo, y nosotros queríamos lo­grar su aprobación. Luego vinieron las bodas, las celebraciones, los bautizos, las fiestas, los partidos de fútbol, los cócteles, los almuerzos de negocios, y la lista puede seguir indefinidamente. En todas estas circunstancias bebimos, por lo menos parcialmente, porque todos los demás estaban bebiendo y parecía que esperaban que también nosotros lo hiciéramos.

Aquellos de nosotros que empezamos a beber solos, o a to­mar a escondidas una copa de vez en cuando, frecuentemente lo hicimos para evitar que otras personas o gentes supieran la cantidad y frecuencia en Que estábamos bebiendo. Muy raramente queríamos escuchar que alguien hablara de nuestra forma de beber. Si lo hacían, generalmente les dábamos razones de nuestro comportamiento, como si quisiéramos guardarnos de la crítica o de las quejas.
Algunos de nosotros después de beber nos volvíamos discutidores y hasta beligerantes. Sin embargo otros se sentían mucho mejor en medio de la gente después de apurar una o dos copas, ya se tratara de una reunión social, una tensa entrevista de tra­bajo o negocios, o aun haciendo el amor. Nuestra forma de beber ocasionó que muchos de nosotros escogiéramos nuestros amigos en relación con la cantidad de bebida que ellos a su vez ingerían. Hasta llegamos a cambiar de amigos cuando creíamos que los "sobrepasábamos" en su estilo de beber. Preferíamos "bebedores rea­les" a la gente que únicamente se tomaba uno o dos tragos, y tratábamos de evitar por completo a los abstemios.

Muchos de nosotros nos sentíamos culpables y enojados res­pecto a la forma' en que nuestra familia reaccionaba a nuestra bebida. Algunos de nosotros perdimos trabajos porque el jefe o uno de nuestros colegas de trabajo se oponían u objetaba nuestra be­bida. Queríamos que la gente se preocupara por sus propios proble­mas y nos dejara a nosotros con los nuestros.
Frecuentemente, nos sentíamos culpables y temerosos aun de las personas que no nos habían criticado. Nuestra sensación de culpa nos hacía ultrasensibles con todos los que nos rodeaban, y alimentábamos resentimientos. En ocasiones, cambiábamos de bar, trabajo o vecindario con el único objeto de evitar vernos con determinadas personas.
Así que un gran número de personas además de nosotros mismos, estaba en una u otra forma involucrada en nuestra bebida, hasta cierto grado.
Cuando dejamos de beber, fue para nosotros un gran alivio encontrar que las personas que conocimos en A.A., alcohólicos re­cuperados, parecían ser muy diferentes. Reaccionaban hacia noso­tros, no con críticas y desconfianza, sino comprensivamente y con sincero afecto.
Sin embargo, es perfectamente natural que todavía encontre­mos algunas personas que alteran nuestros nervios, tanto dentro como fuera de AA Podemos hallar que nuestros amigos no A.A., compañeros de trabajo o miembros de la familia, todavía nos tratan como si estuviéramos bebiendo. (Puede tomarles algún tiempo dar­se cuenta de que nosotros hemos dejado realmente la bebida. Des­pués de todo, ellos nos han visto dejar la bebida muchas veces en el pasado, para luego recaer).
Para empezar a poner en práctica el concepto "Vive y Deja Vivir", debemos encarar este hecho: Hay personas en A.A., y en todas partes, que dicen cosas con las que nosotros estamos de acuerdo, o hacen cosas que no nos gustan. Aprender a vivir con quienes no estamos de acuerdo es esencial para nuestro bienestar. Es exactamente en esos casos cuando hemos encontrado la extrema utilidad de decirnos a nosotros mismos. "Vivir y dejar vivir".
De hecho, en AA se da mucho énfasis a aprender a tolerar la conducta de los demás. No importa cuán ofensivos o desagradables nos parezcan, ciertamente no vale la pena que nos pongamos a beber por eso. Nuestra propia recuperación es demasiado impor­tante. El alcoholismo puede matarnos y lo hace. Esto tenemos que recordarlo permanentemente.
Usualmente, las gentes que se buscan unas a otras en un ve­cindario, una empresa, un club, o en A.A., se atraen mutuamente. Cuando invertimos el tiempo con personas que nos son agradables, nos sentimos menos molestos con aquellos que no nos interesan particularmente.
A medida que el tiempo pasa, vemos que ya no nos atemo­riza alejamos simplemente de las personas que nos irritan, en lugar de que cobardemente les permitamos que se introduzcan en nuestras vidas, o en lugar de intentar acondicionarlas para que se ajusten mejor a nosotros.

Ninguno de nosotros puede recordar a alguien que haya in­tentado forzarnos a beber alcohol. Nadie nos amarró para vaciar el licor en nuestras gargantas. Así como nadie nos obligó físicamente a beber, ahora tratamos de aseguramos de que nadie nos, obligue mentalmente a beber.
Es muy fácil utilizar las actuaciones de otras personas como excusas para beber. Nosotros solíamos ser expertos en eso. Pero en la sobriedad, hemos aprendido una nueva técnica: No nos permitimos llegar a un estado tal de resentimiento hacia otra persona que deje que esa persona controle nuestras 'vidas, especialmente hasta el grado de causamos que volvamos a beber. Hemos encon­trado que no tenemos el deseo de permitirle a nadie que maneje, o arruine nuestras vidas.

Un antiguo filósofo dijo que ninguno de nosotros debemos criticar a otro hasta que hubiéramos caminado un kilómetro con los zapatos de esa persona. Este sabio consejo nos puede dar una mayor comprensión de los seres humanos, que son nuestros semejantes. Ponerlo en práctica nos hace sentir mucho mejor que estar arrepintiéndonos de lo que hicimos.
"Deja Vivir", sí. Pero algunos de nosotros creemos que tiene el mismo valor la primera parte del axioma:' "Vive"! Cuando hemos encontrado las formas de gozar completamente nuestra propia vida, tenemos la felicidad de dejar que los demás vivan en la forma que deseen. Si, nuestras propias vidas son interesantes y productivas, realmente no tenemos impulso o deseo de hallar las faltas en los demás o preocuparnos de la forma como actúan.
¿Puedes pensar en este preciso instante en alguien que realmente te molesta? Si es así, ¿por qué no ensayas algo? Pospón el pensar acerca de él o ella, o cualquier cosa que sea lo que te molesta de esa persona. Después, si así lo deseas, puedes explotar. Pero por ahora, ¿por qué no lo dejas a un lado mientras lees el párrafo siguiente?

¡Vive! Preocúpate por tu propia vida. En nuestra opinión, el permanecer sobrio abre la puerta hacia una vida de felicidad. Vale la pena sacrificar muchos sentimientos y peleas; Muy bien, si tú no puedes lograr alejar completamente tu mente de esa persona, veamos cuánta ayuda te puede proporcionar la siguiente suge­rencia.

*POCO A POCO SE VA LEJOS

"DEL LIBRO VIVIENDO SOBRIO"

Como alcohólicos, generalmente tendíamos a apurar nues­tras copas más rápidamente que las otras personas. Y muy raras veces nos sentíamos dispuestos a dejar que quedaran unas pocas gotas en el vaso de cóctel, o un pequeño residuo en la botella.
Muchos de nosotros nos hemos divertido por nuestra aparente inhabilidad, que se nos presenta aun después de muchos años de sobriedad, para dejar a medio terminar una taza de café o un vaso de soda. Frecuentemente nos vemos tragando hasta la última gota de una bebida no alcohólica, como si. . .
Tal vez la mayor parte de nuestros lectores ya hayan en­tendido el punto: No es siempre fácil para nosotros dejar a un lado sin terminar el capítulo, o el libro que estamos leyendo. Pa­rece que hay casi una compulsión para seguir hasta el final, en vez de tomar solamente una página o un capítulo o dos por día y el resto para otra oportunidad. No es que esta tendencia sea del todo mala. Para recuperarnos de una obsesión destructiva tal como la de beber, es muy sensato reemplazarla con una obsesión benigna, tal como la compulsión de buscar más y más conocimiento y ayuda para el problema alcohólico.

De manera que continúa leyendo, si lo prefieres. Es mucho más saludable que empezar a beber.
Pero cuando llegues al final de este capítulo, tal vez desees ensayar algo nuevo. Pon al lado este libro y revisa tu día. Ve cuántas veces hubieras podido retardar un poco el paso o hacer las cosas con un poco más de facilidad si te hubieras detenido a pensar en ello.

El axioma "Poco a Poco se Va Lejos" o "Tómalo con Calma" es una de las formas en que nosotros los A.A. nos recordamos uno a otro que muchos tenemos las tendencias a exagerar, de apurar las cosas, impacientes con cualquier cosa que trate de detenernos. Para nosotros es muy difícil descansar y tomarle sabor a la vida.
Cuando uno de nosotros se encuentra afanado para hacer algo o conseguir algo rápidamente, un amigo puede reconvenirlo gentil mente diciéndole, "Tómalo con calma". Luego se presenta un rayo de molestia contra el consejero. Y eso puede indicar que el consejo ha atinado en el blanco, ¿no es verdad?

Sí, sabemos que la impaciencia no está limitada en la ac­tualidad a los alcohólicos. A medida que se acelera el proceso del cambio en nuestra civilización, más y más gente se siente presionada por el tiempo y empujada para afanarse y llegar a tiempo. .. ¿A qué? ¿Y con quién?
Esa presión no empuja a la mayor parte de los bebedores den­tro del alcoholismo, como cualquiera puede verificarlo. Solamente un pequeño porcentaje de bebedores desarrolla nuestro problema. Pero aquellos de nosotros que llegamos al alcoho1ismo vemos que compartimos la necesidad de aprender a descansar, adquirir un ritmo saludable, gozar de las pequeñas ganancias y aun de los placeres simples que encontramos en el camino, o sea, aprender a gozar de la jornada, en vez de correr afanosamente hacia nuestro destino. El horizonte siempre está en el mismo sitio: En ocasiones, vale la pena quedamos quietos para observarlo. Única­mente por darnos el placer de un paisaje apacible. .

Algunos de nosotros elaboramos rutinas para ayudamos a mantener nuestras metas dentro de los límites realistas y dentro del alcance de la posibilidad. Podemos hacer una lista de cosas que nos gustaría hacer hoy, y luego descartar deliberadamente la mitad o más de ella. Al día siguiente, otra lista.
O intencional mente programamos algunas cosas con mucha anticipación, y nos enseñamos a dejarlas a un lado, en forma deliberada, hasta que se presente la ocasión.
Otros de nosotros vemos que las listas y los programas estrictos pueden volverse tiranos, obligándonos a concluir cada asunto, sin importamos el tiempo y el esfuerzo. Por consiguiente eliminamos las listas durante algún tiempo. Sin tener la obliga­ción que nos impone su dictadura, podemos aprender a movernos a un paso espontáneo y pausado.
Para muchos de nosotros, sentarnos calmadamente durante 15 ó 20 minutos antes de empezar las actividades de cada día nos ayuda a establecer un marco mental descansado y ordenado, algunos de nosotros usamos métodos específicos de oración o meditación que hemos encontrado y que sirven particularmente bien para este propósito. Y aún durante un día muy agitado, nos las arreglamos para sentarnos sin que nos disturben, con los ojos cerrados, para hacer una pausa de cinco minutos, y luego volver refrescados al trabajo.
Para alguno de nosotros, es más fácil aprender a mantener un paso calmado si tenemos la ayuda de otra persona, podremos ser incapaces de genera nuestra propia paz, pero a veces podemos obligarnos a sentarnos calmadamente a escuchar a un amigo que ha alcanzado algún grado de serenidad. Dedicar toda nuestra atención a otra persona nos ayuda a restaurar nuestro equilibrio y nos da una nueva perspectiva sobre nuestras propias vidas, de manera tal que podamos ver que no tenemos la obligación de mantenernos corriendo sin objeto, solo por correr.
Para algunas personas son sumamente benéficas las sesiones más formales e institucionalizadas en que se busca la paz en compañía de otros, (tales como los servicios religiosos, los retiros espirituales y similares).
O simplemente podemos decidir levantarnos más temprano de lo que acostumbramos, para poder hacer nuestras cosas con más tiempo y con más calma, con un poco de meditación, podemos llegar a elaborar nuestros horarios personales para que estén menos congestionado, serán más flexibles, y por consiguiente menos apremiantes y abrumadores.
Cuando nos encontramos sumamente tensos o casi frenéticos, podemos preguntarnos ocasionalmente, es que soy realmente tan indispensable? O es esta prisa realmente necesaria? CON GRAN ALIVIO VEMOS FRECUENTEMENTE QUE LA RESPUESTA MÁS HONESTA es NO todos estos trucos sirven realmente a la larga, no solo para ayudarnos a sobreponer nuestro problema alcohólico y las secuelas que contiene, sino que también nos capacitan para volvernos más productivos, porque conservamos y canalizamos nuestra energía en una forma más racional. Acomodamos las prioridades en una forma más sensata. Aprendemos que muchas acciones que en algunas oportunidades considerábamos vitales pueden eliminarse si son re examinadas cuidadosamente, el preguntarnos que tan importante es esto? Es frecuentemente un buen ejercicio.
Naturalmente tómelo con calma, no nos proporciona una licencia para la pereza o para llegar tarde a los compromisos. Existen cosas que no deben posponerse hasta mañana. Una de ellas es el dejar de beber, pero hay muchas otras cosas que si se posponen durante estas 24 horas, cuando las afrontemos estaremos mucho mejor equipados para manejarlas.
En cierta ocasión, una alcohólica sumamente enferma e inquieta llamó a la oficina de A.A. y dijo que necesitaba ayuda ¡instantáneamente! Se le peguntó si podía esperar 20 o 30 minutos hasta cuando alguien pudiera llegar a donde ella se encontraba, ¡NO! respondió, mi médico me dijo que yo necesitaba ayuda inmediatamente, y no existe un momento que perder y luego continuó: y esto me lo dijo anteayer”
Nuestro corazón se entrega inmediatamente a alguien que se encuentre en esa penosa situación. Todos sabemos muy bien cómo se siente esa persona. La ayuda llegó en el término de una hora, y ahora ella cuenta la historia como un ejemplo de la forma como solía ser. Es casi increíble, cuando la vemos ahora reposada pero llena de energías, calmada pero aleta.
Si te parece deseable tener un fuerte acopio interior de paz, paciencia y tranquilidad, es posible obtenerlo.
Recuérdate a ti mismo de vez en cuando que tal vez la velocidad ideal para este día es “tómalo con calma” y este cambio puede empezar en este instante, ¿verdad?